En la Conferencia de AMA EDAD

RELATÓ REMEMBRANZAS INOLVIDABLES DE MÉXICO

1968 EL EDUCADOR FÍSICO MARIO GONZALEZ SERNA

Por Víctor M. Rodríguez Ocádiz

Remembranzas inolvidables y experiencias personales obtenidas en los Juegos Olímpicos de México 1868, fue el tema que abordó el profesor de educación física Mario González Serna, durante la amena charla dentro de las conferencias que organiza cada 15 días la Asociación AMA EDAD, que preside el maestro y doctor Minaluaztecátl Vázquez.

 Egresado de la Generación 1966 – 1968 de la Escuela Nacional de Educación Física (ENEF), Mario respaldó las actividades de educación física en la Comisión Nacional del Deporte, indicó que uno de los momentos más relevantes de su vida como maestro, fue cuando respaldó como integrante del Comité Organizador de la XIX Olimpiada, la exitosa celebración de la justa deportiva señalada.

 Durante su intervención, mostró varios gafetes, agendas, pines y documentos de los juegos celebrados hace 53 años en la Ciudad de México y recordó su asistencia al Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria y fue testigo presencial del famoso salto largo del estadounidense Bob Beamon, quien destrozó la marca mundial y obviamente olímpica con un brinco de 8.90 metros.

 Dicho récord olímpico es el más antiguo que existe hasta ahora con 53 años de su existencia. Cabe resaltar que lo logró en su tercer intento, después de cometer faul en sus dos primeras oportunidades. Los jueces tardaron más de 20 minutos en avalar el registro, ya que tuvieron que recurrir a otros implementos porque el que tenían sólo marcaba hasta 8.50 m.

 El también sociólogo de profesión, estuvo en CU medio siglo después y junto con su esposa Milana Walter Beamon, convivió con profesores de educación física, que fueron protagonistas en el desarrollo del evento en México 1968.

 Su marca mundial perduró 23 años, cuando el 30 de agosto de 1991, su compatriota Mike Powell saltó 8.95 en el Mundial de Atletismo celebrado en Tokio. Habrá que mencionar que Bob fue fichado en 1969 por los Soles de Phoenix, para jugar en la NBA.   

 González aseguró que los docentes en esta especialidad son capaces de organizar todo evento, principalmente educativo, aunque no olvidó que han surgido entrenadores y técnicos de muchas especialidades a nivel de élite.

 Narró igualmente cuando el mexicano Felipe “Tibio” Muñoz, se apoderó de la presea dorada en la alberca olímpica “Francisco Márquez” en la prueba de los 200 metros estilo de pecho. Por la emoción no pudo contener el llanto cuando escuchó el himno nacional, interpretado por los 5,000 asistentes que presenciaron la hazaña.

Subrayó anteriormente que uno de los momentos que le dejó un mal sabor de boca, fue cuando varios educadores físicos recibieron becas para estudiar en el extranjero, principalmente en algunas naciones europeas y Estados Unidos.

Las administraciones de Marco Antonio Escalante y David Juárez Miranda, al frente de la DGEF, no aprovecharon ese material humano con nuevos conocimientos en la materia y los enviaron a dar clases en las escuelas en lugar de impartir cátedra.

 Sin embargo se ufana de tres acontecimientos que ocurrieron en México 68, además de ser parte del Comité Organizador, el segundo fue el de salvar la vida en el movimiento estudiantil de ese año que terminó con la conocida matanza en Tlalteloco, y sobre todo vivirla como profesor recién egresado de la Escuela Nacional de Educación Física.

 Se acordó de muchos compañeros de varias generaciones, que estuvieron como preseleccionados nacionales a Juegos Olímpicos, los diplomas logrados en este acontecimiento, así como quienes portaron la antorcha olímpica a través de país en el recorrido de miles de kilómetros, cuyo encargado de su transportación fue el catedrático Mario Morales Córdoba, que finalmente ardió en el pebetero de C.U. de manos de Enriqueta Basilio, a quien volvió a ver en los 50 años de conmemoración, antes de que la atleta bajacaliforniana falleciera.

 González quien trabajó con el profesor Sergio Saldívar en la Confederación Deportiva Mexicana cuyo presidente fue Pascual Ortiz Rubio, y ahora de dedica a jugar cachibol, tuvo excelente comentarios para Jorge Rueda, alumno de su generación y entrenador de grandes figuras de clavados con varios medallista olímpicos. Fe el propio técnico, quien le obsequió un pin de los Juegos celebrados en 1924.

 Enseñó una agenda impresa en 1968 en donde en su interior tenía impreso todo el calendario de las especialidades deportivas a llevarse a cabo, y se refirió al inolvidable profesor Humberto Sevilla Marroquín, cronista de Juegos Olímpicos para Televisa, y mencionó sus tradicionales estupidogramas.

 También hizo referencia a los tres basquetbolistas olímpicos estudiantes de la ENEF, Arturo Guerrero Moreno, Fernando Tiscareño y Ricardo Pontvianne (QEPD). Mencionó la famosa tabla gimnástica dirigía por Vasil Ludskanov en el Zócalo de la Ciudad de México con alumnos de su alma mater para darla bienvenida a la Juventud del Mundo el 10 de octubre.

Ese evento, lo marcó en su vida profesional, y fue uno de los principales organizadores de una demostración llevada a cabo en el Estadio Azteca, en un programa de la Dirección General llamado Ritmo y Color que dirigía la maestra Guadalupe Cervantes.

 Asimismo manifestó su sorpresa al observar a los  mejores atletas del mundo, entrenar en la pista de tartán que se inauguró en esa época en la ENEF. Verlos correr fue increíble, dijo. Y por último comentó la vivencia en la ceremonia de clausura de dicha fiesta deportiva, en donde se rompió el protocolo y los atletas desfilaron juntos, abrazados, sin distinción de razas y color de piel, totalmente hermanados por el deporte.

 

 

 

 

 

 

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