PERSIGUIO MARCO VERDE EN TODO MOMENTO A
SU RIVAL Y NO LOGRO EL ANSIADO METAL AUREO
Por Víctor M. Rodríguez Ocádiz
Más que un combate de fajadores, la final de los 71 kilogramos entre el mexicano y Asadxo´ja, nombre del representante de Ubekiztan (cuyo apellido es impronunciable), por el oro en los Juegos Olímpicos de Paris´24, pareció una carrera atlética de velocidad, o bien una de persecución en la especialidad de ciclismo.
En todo momento el vencedor corrió sobre el cuadrilátero y evitó la confrontación sin que la dama que fungió por réferi lo conminara a la confrontación con golpes y no con las piernas. Ante tal permiso nuestro representante tuvo que perseguir durante los nueve minutos de pelea a su oponente, quien en escasas ocasiones iba en busca de conectar buenos golpes.
Tan es así que Verde apenas perdió el compromiso por el metal áureo por tan sólo un punto de diferencia. A lo mejor nunca tuvo la posibilidad de superar a su adversario, aunque en el tercer episodio pudo acorralarlo en una esquina y ello le permitió conectar una serie de jabs y rectos que se reflejaron en el rostro de su enemigo.
Pero el pleito no se trataba de una carrera de velocidad, mucho menos de una persecución a todas luces y quien tuvo un buen trabajo de pies sobre el ring, pudo sortear con bien la batalla y se proclamó monarca olímpico en esta oportunidad.
Marco dio la impresión de que iría por la victoria y lo observamos en mejores momentos que en sus dos anteriores combates, en donde primero venció a su rival, para acceder al aseguramiento de la presea de tercer lugar y posteriormente derrotó al pugilista británico Lewis Richardson en la búsqueda de llegar a la final por el sitio de honor y por ende colgarse de manera definitiva el metal argenta.
La decisión dividida con la que se definió la contienda no dejo buen sabor de boca entre los asistentes que respaldaron con todo a nuestro esgrimista que puso todo su empeño para salir airoso. Cuando en pocas oportunidades logró encajonar al enemigo, este utilizó el clinch para evitar daños mayores.
Fue en el tercer round de esta pugna, cuando el púgil azteca empleó todo su pundonor en busca de revertir un resultado que hasta ese momento le era adverso y aunque logró superarlo no encontró un uppercut definitivo que pudiera otorgarle el éxito.
El corredor de Ubekiztan siguió con la misma estrategia de salirse de las cuerdas y obligar a Marco a perseguirlo a lo largo y ancho de las cuatro esquinas y con eso eludir los golpes que le habrían costado el sitio de honor.
Con esta brillante actuación mexicana, nuestros representantes alcanzaron un total de 14 medallas dentro del pugilismo olímpico, dos de ellas de oro, otras tantas de plata y las ocho restantes de bronce.
Los expertos del pugilismo nacional (entre ellos ganadores del oro olímpico), opinaron que aún resulta muy temprano llevarlo al profesionalismo aunque reconocieron que no existe respaldo alguno por parte de las autoridades deportivas de México no solamente para los estilistas de esa especialidad, sino a los atletas en general.
Verde y su familia tuvieron que vender su automóvil para solventar los gastos y estar presentes en unos Juegos Olímpicos.Y finalmente si a ello le agregamos que al abogado el COM, con tres décadas al frente de la Federación Mexicana de Boxeo Amateur le vale madre el deporte, están todos ustedes bien jodidos menos yo, también.
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